En los años previos a la pandemia fuimos viendo como los grandes nombres de la música latina iban llegando a la isla y se empezaban a adueñarse de algunas noches en los principales clubs de Ibiza. Un fenómeno global que parecía no tener límites para su extensión, e Ibiza que podía ser uno de los lugares (la Meca de la electrónica) que se hiciera fuerte para evitar que el virus del reggaetón siguiera extendiéndose… pues también cedió a la moda de este estilo musical.
Si nos centramos en la actualidad, dentro de la electrónica, y más concretamente dentro del estilo Tech House, que en los últimos años tan de moda ha estado y tantos artistas se han subido al barco, pues tenemos que decir que ya antes de la llegada del Covid el estilo estaba mostrando síntomas de agotamiento.
Ya fuera por la repetición de los artistas en carteles de clubs y festivales o fuera por la calidad de las producciones que se iban lanzando y que cada vez iban mostrando peor calidad. El público (muy joven en su mayoría) que eran asiduos a fiestas y artistas Tech House fue creciendo de edad y muchos de ellos se han ido pasando a escuchar y consumir otros estilos musicales y los djs que han conseguido la fama y sus mejores años con este estilo pues han tenido que optar por cambiar su discurso, unos metiendo más bpms y otros han optado por el peor de los caminos…
A continuación os dejo un artículo publicado por la gente de www.fiestaybullshit.com/ y que creo que es muy acertado en su contenido, ya que la situación que estamos viviendo no acabara en el momento que remita el contagio y daños que provoca el virus, sino que posteriormente en la economia se vivirán otros escenarios y problemas sumamente graves.
Asi que considero que esto es tambien una llamada de atención para solicitar ayuda al mundo de la noche, concretamente a una parte especifica de los djs, al igual que en el mundo del deporte, el empresarial, etc
En este caso con mayor importancia, ya que se supone que los negocios relacionados con la aglomeración de público como son los conciertos, festivales, clubes etc, posiblemente serán los últimos sectores que podrán recuperar su actividad.
Espero que lo compartais al máximo para que llegue a publico, artistas, agencias etc. porque creo que es un tema que se merece toda la ayuda que se pueda aportar.
En estos momentos de zozobra, en estos momentos en los que vivimos una realidad que solo habíamos conocido a través de las películas de Hollywood, lo único y lo más importante es frenar este maldito virus. Entre todos y gracias a nuestro sacrificio lograremos estabilizar la situación y poco a poco podremos volver a nuestro día a día. Aunque viviremos una explosión de alegría inusitada, tardaremos poco en volver a poner los pies en la tierra y nos encontraremos con un panorama desolador, con un montón de gente sin trabajo y con el miedo a que la enfermedad vuelva a aparecer de nuevo. Todos los sectores de la población se verán afectados, pero una vez más los más vulnerables tendrán que agarrarse los machos para salir adelante. En el universo electrónico no será diferente, los grandes DJs, los grandes clubs y los grandes festivales vivirán esto como un pequeño impás en su trayectoria, un agujero que en poco tiempo tardarán en compensar. Pero los pequeños clubs, las modestas promotoras, y los artistas que viven al día, sufrirán un terremoto del cual muchos de ellos no lograrán recuperarse. Está muy bien realizar streamings y mensajes de ánimo para levantar la moral, pero en este momento se necesita mucho más que un gesto artístico desde sus magnas casas. Hay que poner pasta.
La situación de los trabajadores clubbing de temporada de Ibiza es muy delicada, además de la incertidumbre que supone no saber qué va a pasar se suma el tema del alquiler en la isla, que debido a la codicia humana no tiene visos de cambiar. Porque estamos seguros que muchos de los que salen a aplaudir a los balcones estos días, no van a tener la decencia de ayudar a sus inquilinos que a duras penas podrán pagar sus viviendas. Pega posters, relaciones públicas, camareros, seguridad, decoración, animación, bailarines, incluso los trabajadores de los medios de comunicación electrónicos los tenemos de corbata ante el panorama que se presenta en Ibiza.
Es hora de arrimar el hombro, es hora de devolver a Ibiza todo lo que nos ha dado, pero sobre todo es hora de que aquellos que alcanzaron el Olimpo gracias a la escena ibicenca, comiencen a aportar de una manera más tangible. Deportistas, actores y actrices, músicos y otros artistas estrella comienzan a comprar material y encabezan iniciativas para mitigar la situación. ¿Y los DJs? ¿Dónde están los DJs? Sobre todo aquellos que año tras año facturan millones de euros y que sin ninguna duda los seguirán facturando en el futuro. ¿Dónde estáis? No nos sirve la excusa de que vais a perder mucho dinero con las cancelaciones, con todo lo que habéis recaudado en vuestra trayectoria varias generaciones de vuestras familias no tendrán que pegar un palo al agua. Necesitamos que vosotros, mega estrellas de la electrónica, que sois líderes y ejemplo para la sociedad, deis un paso al frente y comencéis a liderar proyectos que ayuden a la gente que de verdad lo necesita.
Ahora lo prioritario es conseguir material, ayudar a que los sanitarios de Ibiza y de todo el mundo puedan desarrollar su trabajo con seguridad. ¿No sois conscientes del poder que tenéis? ¿No sois conscientes que una palabra o un gesto vuestro pueden marcar la diferencia? Esperamos que sea un tema de inconsciencia y no de avaricia.
Poniéndonos en el mejor escenario, que la temporada ibicenca pueda comenzar a mediados de junio o en el mes de julio, otra reflexión que deberían hacer los grandes DJs es si sería ético que mantuvieran su caché como si nada hubiera pasado. ¿Después de la que ha caído tendremos que seguir pagando entre 50 y 80 euros por entrar a una discoteca de Ibiza? Mucho nos tememos y esperamos equivocarnos, que todo seguirá igual, y que la base que hizo famosos a todos estos DJs irremediablemente tendrá que quedarse afuera.
No quiero dar nombres, pero… todos los que aterrizáis en Ibiza en avión privado y os alojáis en villas de lujo, debéis tener un gesto con la isla que os llevo a la fama mundial y al éxito. Hospitales y diferentes asociaciones necesitan ayuda, es hora de que os pronunciéis y que devolváis algo de lo que Ibiza y sus clubbers os han dado.
Ibiza: La isla de la alegría, la música electrónica, la fiesta y la codicia inmobiliaria
El alquiler habitacional más caro de España
500 euros por vivir en un balcón, 400 por un colchón en una terraza o 300 por un colchón en un salón sin derecho a baño ni cocina son algunos de los abusos que suceden en Ibiza con la llegada de la temporada.
22 marzo 2017 / por JONATAN GUTIÉRREZ
Durante los últimos años, por estas fechas, mi bandeja de WhatsApp se llena de mensajes de amigos, amigos de amigos, familiares de familiares y gente desesperada por encontrar alojamiento de temporada en Ibiza. Mi frustración es total. Ya que, aunque lo intentara, conseguir un alquiler razonable en la isla resulta más difícil que ascender el Everest haciendo el pino. No les puedo ayudar. Y sé cómo es la angustia que están pasando, ya que la he vivido en mis propias carnes.
El artículo de El Mundo
Parece que esta situación comienza a aflorar en los medios nacionales. Aunque la prensa local y las redes sociales no han parado de denunciar este abuso, la repercusión global no ha llegado hasta que un artículo publicado en El Mundo ha dado la voz de alarma. Y no es para menos con este titular: La falta de personal amenaza el verano de Ibiza.
En el artículo se detallan unos datos preocupantes. Por ejemplo, que el 63% de los pequeños empresarios reconoce no encontrar trabajadores que atiendan sus negocios. La situación es tal que ni siquiera los funcionarios quieren quedarse en Ibiza. Pese a que gozan de una supuesta estabilidad, renuncian a sus plazas pues no pueden afrontar el precio de los alquileres.
En un artículo anterior de El Mundo también se relata como en Ibiza se han llegado a pedir 500 euros por vivir en un balcón, 400 por un colchón bajo una terraza tapada con un plástico o 300 por un colchón en un salón sin derecho a baño ni cocina.
El alquiler más caro de España
Según Luis Gonzaga, portavoz de la Plataforma de Afectados por los Alquileres, el precio medio del alquiler ronda los 1.600 euros por un piso de dos habitaciones. Telita. Estos precios convierten los pisos en auténticos pisos patera, donde un sofá no es un lujo: es una necesidad.
Los empresarios preocupados, los trabajadores cabreados
La cuerda se ha tensado tanto que está a punto de romperse. En el artículo de El Mundo se expone la preocupación empresarial. Los dueños son incapaz de completar sus plantillas y ven cómo la calidad de su servicio disminuye. Por su parte, el turista actual que llega a Ibiza demanda sobre todo calidad. Claro que, viendo lo que paga, no es de extrañar.
Los trabajadores viven con una doble presión. Sus sueldos no han aumentado y el coste de la vivienda les hace replantearse la temporada ibicenca. Antes en una temporada en Ibiza se podría recolectar lo suficiente para pasar el invierno. Ahora mismo, muchos trabajadores se van como llegaron. Además, las condiciones en las que el trabajador tiene que vivir no son las óptimas. El descanso se complica cuando tiene que compartir piso con gente en su misma situación. Sin descanso, sin dinero, incluso sin ocio ya que las ventajas de acceso a las grandes fiestas para los residentes prácticamente han desaparecido.
Posibles soluciones
¿Acabar con la avaricia y la codicia del ser humano? Muy naif. La verdad es que encontrar una solución resulta complicado. Porque si el propietario puede ganar el doble alquilando a turistas, la lógica nos enseña que no merece la pena alquilar por la mitad a unos trabajadores.
Aquí es donde papá Estado debe intervenir. Ibiza necesita una regulación que permita establecer una cuota de alojamientos dedicados al trabajador de temporada y a los residentes, con estímulos fiscales a los propietarios que alquilen a trabajadores, y con un registro de propiedades actualizado.
Hubo un tiempo en el que para conseguir un contrato de alquiler hacía falta presentar un contrato de trabajo. Hoy en día, si quieres trabajo, necesitas certificar que tienes piso. ¿No es esquizofrénico?
En busca del alquiler perdido
Yo también sufrí el estrés de encontrarme sin casa en Ibiza. Hace unos años, antes de comenzar la temporada, mi pareja y yo habíamos cerrado un acuerdo con nuestro antiguo casero. Pese habernos declarado amor eterno, diez días antes de nuestro viaje, Pepe nos llamó y nos dijo que lamentándolo mucho tenía que dejarle el apartamento a una sobrina. Sospechoso, ¿verdad?
Así que desembarcamos en Ibiza y estuvimos de okupas en una habitación de la casa de una amiga que compartía con otras dos personas. Mi novia y yo llevábamos más de una década trabajando en la isla. Así que pensamos que más bien pronto que tarde encontraríamos algo. Qué equivocados estábamos.
Recorrimos la isla de palmo a palmo, pedimos miles de favores, tocamos todas las puertas, recurrimos a nuestros contactos, pero nos encontrábamos con un muro insalvable. Fue entonces cuando fui consciente de la estafa, del engaño piramidal que se estaba produciendo. Porque no solo había que pagar un alquiler y una fianza. Había que pagar una comisión al intermediario, al intermediario del intermediario, y a la agencia. En muchas ocasiones el coste de la comisión era igual que el de un mes de alquiler, y para entrar al piso llegaban a pedir el pago del alquiler de toda la temporada, la fianza y las malditas comisiones. Una locura.
Un mes (sí, un mes) después de nuestra llegada, desesperados y planteándonos abandonar la isla y nuestros trabajos, recibimos la llamada de una inmobiliaria. Rápidamente llegamos a la cita en un viejo edificio de apartamentos en la zona de Es Vivé. Al parecer tenían dos apartamentos, aunque no estaban listos para entrar a vivir. En nuestra situación nos dio igual. Así que subimos junto a los amables agentes inmobiliarios que nos mostraron el primer piso. ¿Os acordáis del baño más asqueroso de toda Escocia que salía en Trainspotting? Pues el apartamento que nos mostraron estaba en peores condiciones. Asqueroso es un adjetivo que se queda corto. Imaginaros un piso bombardeado, pero bombardeado con mierda.
Cabizbajos, subimos hasta el siguiente piso. Tristes, pero con esperanza, ya que pensábamos que era imposible que fuera peor. Cruzamos la puerta con un resoplido, y lo que vimos nos gustó. El pasillo tenía un aspecto inmaculado y el resto no pintaba mal. Cuando llegamos al salón hicimos un gesto de satisfacción, aunque había algo en esa fotografía que no nos encajaba. Pequeños detalles. Fue entonces cuando los agentes inmobiliarios nos contaron por qué ese piso estaba disponible. El inquilino acababa de fallecer en el hospital de Can Misses.
Eso explicaba el medio cigarrillo en el cenicero, la nota de la compra en la nevera, algunos cacharros sin lavar en el fregadero, el cepillo y la pasta de dientes en el baño y la cama a medio hacer del dormitorio. Esa persona acababa de morir. Y allí estaba yo, viendo su cara en las fotografías enmarcadas junto al televisor.
Nos quedamos con el apartamento. ¿Qué otra cosa podíamos hacer? Esperamos a que sus familiares, que vivían en Galicia, recogieran sus cosas, y nos mudamos. Aquella primera noche no fue nada fácil. Pero el instinto de supervivencia tomó el control y convirtió aquella temporada, y aquel apartamento, en uno de los lugares donde mi chica y yo más felices hemos sido.
El final de mi aventura en busca de piso aquel año fue feliz, pero se trató de una excepción en mi entorno. Amigos míos fueron estafados y perdieron miles de euros. Mucha gente tuvo que volverse a casa, incapaz de soportar la presión de estar sin vivienda estable, y aquellos que consiguieron encontrar aunque fuera una habitación no pasaron el mejor verano de sus vidas.
La gallina de los huevos de oro y la gripe aviar
La gallina de los huevos de oro está en peligro, comienza a dar síntomas de gripe aviar. Aunque Ibiza bata todos los records turísticos, sus clubs estén hasta la bandera y sus hoteles no paren de ampliar su oferta, los cimientos de este milagro se tambalean. ¿De qué sirve abrir nuevos hoteles, nuevos restaurantes, nuevos negocios si no hay trabajadores para garantizar un servicio a la altura de los precios de la isla? Puede que en el momento en el que turista se de cuenta de esta incongruencia, de lo que paga y lo que recibe a cambio, ya sea tarde para dar marcha atrás. Puede que cuando descubra que los huevos en realidad no son de oro, le compense hacerse una tortilla en otra parte.